Cuando decidí montar el Huerto de Roque en el año 2012, mi intención era transmitir a todo el mundo la idea de un restaurante gastronómico, por aquel entonces inaccesibles a la mayoría, en una sala en la que te pudieses sentir como en casa. Puede parecer pretencioso, pero quise hacerlo con la mayor humildad posible. Esa misma humildad es la que nos ha permitido llegar a donde estamos y decir que en nuestros tres conceptos (restaurante, gastrobar, y salón privado), hemos alcanzado ese objetivo y que nuestro servicio en sala es muy profesional y a la vez cercano. Todo esto lo tengo que agradecer a la gente que ha trabajado con nosotros estos años y especialmente a los miembros de mi equipo actual, algunos de los cuales llevan en el proyecto desde el principio.
Con todo esto no quiero decir que hayamos llegado a nuestra cima, todo lo contrario, ahora comprendo que lo más importante para un restaurante o cualquier otro reto es intentar cada día sentirse más vivo. Por eso, ya no me gusta decir que hacemos cocina de mercado, aunque se base en este concepto, sino cocina viva, una cocina que crece con la estacionalidad de los productos, con una base y unos cocimientos consolidados, pero que trata de no estancarse, sino de aprender y hacer cosas diferentes cada día.
Te esperamos en nuestro restaurante con lo que nos gusta hacer: cocinar y servir a la gente con toda la humildad del mundo.
